Profundizando la crisis de las socialdemocracias a nivel planetario, las elecciones en Turingia y Sajonia han mostrado el crecimiento de la formación de extrema derecha Alternativa para Alemania, pero también el auge de nuevos partidos populistas de izquierda como el liderado por Sahra Wagenknecht. Aunque los dos estados representan solo el 7% de la población alemana y muestran una dinámica política propia del Este del país, los partidos democráticos históricos deberían tomarse en serio el desafío que suponen estos resultados. Vista la evidencia reciente no solo en Alemania , muy probablemente no la hagan.
La presidenta hondureña, Xiomara Castro, anunció el 28 de agosto que ordenó suspender el acuerdo de extradición entre su país y Estados Unidos. La medida se tomó en respuesta a los comentarios que hizo la embajadora estadounidense en Honduras, Laura Dogu, sobre varios altos funcionarios hondureños que habían viajado a Venezuela.
La emoción de asco solo es comprensible en el contexto de un sistema cultural que define dónde está el límite entre la pureza y la polución. La movilización política del asco, ubicado entre la naturaleza y la cultura, tiene profundas consecuencias desdemocratizadoras. Esa movilización ha sido clave en el crecimiento de fuerzas extremistas en Israel durante los últimos años.1
El filósofo Jason Read habla de su nuevo libro sobre la política del trabajo, en el que recurre a Marx, a Spinoza y a elementos de la cultura popular para abordar una cuestión urgente: ¿Por qué la gente lucha por su servidumbre como si fuera su salvación?
Ayer se celebran elecciones en dos grandes estados federados del este de Alemania. Los partidos euroescépticos, antiinmigrantes y prorrusos de la extrema derecha y de la nueva izquierda avanzaron. Los partidos de la actual coalición federal de los socialdemócratas, los verdes y los llamados demócratas libres están siendo diezmados hasta el punto de desaparecer en estos estados de la antigua Alemania del Este. En total, los tres estados del este albergan a unos 8,5 millones de personas, lo que supone el 10 por ciento de la población alemana. Pero no es solo en estos estados donde se está derrumbando el "centro" de la política alemana. Los tres partidos del gobierno de coalición del canciller Scholz han visto caer su porcentaje de votos combinados de más del 50 por ciento a finales de 2021 a menos de un tercio en la actualidad. La tercera vía va dejadon de existir "urbi et orbi", por usar una expresión cara a "la doctrina" peronista.
Lula ha apostado a las concesiones a las élites del agronegocio como elemento necesario para avanzar en su proyecto redistributivo. Sin embargo, esas mismas élites pueden poner un freno a todo su programa.
Las mujeres de Sudán son las principales víctimas del conflicto armado que vive el país. No solo están en la primera línea de batalla, sino que son objeto de una desenfrenada violencia física y sexual. La guerra civil se libra, fundamentalmente, con los cuerpos de las mujeres.
El debate sobre la estrategia ha resurgido en los últimos años, y la llamada «vía democrática al socialismo» cobra centralidad como enfoque alternativo tanto a la socialdemocracia como al leninismo. Pero no debemos dejar que sus virtudes nos hagan pasar por alto algunas de sus importantes debilidades.
Cada mes de agosto, los principales banqueros centrales del mundo se reúnen en Jackson Hole, Wyoming, una estación de esquí situada en el centro de Estados Unidos, para un "simposio" organizado por la Reserva Federal de Kansas City. Los banqueros aprovechan esta oportunidad para debatir sobre la política monetaria y su eficacia para "gestionar la economía", en particular, "controlar" la inflación y proporcionar la cantidad adecuada de "liquidez" al sistema financiero.
Por primera vez en la historia, una debacle económica de dimensiones globales se combinó con el ápice de una crisis subjetiva del proletariado. Este es el contexto en el que la extrema derecha está ganando terreno.
Tim Beal es un académico neozelandés jubilado que se interesa especialmente por el imperialismo estadounidense, principalmente, aunque no exclusivamente, en relación con Asia. Es autor de North Korea: The Struggle Against American Power (Pluto Press, 2005), Crisis in Korea: America, China, and the Risk of War (Pluto Press, 2011) y de numerosos artículos. Ha viajado a Corea del Norte y Corea del Sur y preside la Sociedad NZ-DPRK. Su sitio web, Asian Geopolitics, contiene más información y enlaces a sus publicaciones recientes.
“Israel tiene el derecho a defenderse y Estados Unidos siempre estará a su lado”. El 25 de Julio pasado, pocos días antes de ser nominada oficialmente como candidata a la presidencia de EEUU por la Convención Nacional Demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris recibía en la Casa Blanca a Benjamin Netanyahu.
El cierre de un ciclo histórico para la izquierda global deja un panorama de desilusión. Mientras la extrema derecha avanza, la izquierda enfrenta su mayor crisis en décadas. Pero la situación sigue abierta e inestable. Es fundamental recoger pronto las lecciones del periodo pasado.
América Latina dejó de ser una excepción en relación con el crecimiento de derechas radicalizadas que otrora parecía darse solo en Europa. ¿Cómo explicar ese fenómeno? ¿Qué nos dice esta dinámica sobre el subcontinente? ¿Cómo se conecta con el clima de época a una escala más global?
La semana pasada, el desplome de los mercados bursátiles de las principales economías, que comenzó en Estados Unidos, se revirtió. Pero la caída del índice S&P-500 de los precios de las acciones de las 500 principales empresas estadounidenses sigue siendo inferior a su pico de mediados de julio y al inicio del "desplome" a finales de julio. Parece, pues, que la gran recuperación de las acciones estadounidenses desde principios de año, y en particular desde mayo, ha terminado.
Un análisis integral de las nuevas plagas del capitalismo también debe tener en cuenta el impacto de la crisis climática mundial. El habitualmente cauteloso Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático concluye, con un alto grado de confianza, que “los riesgos climáticos están contribuyendo cada vez más a un número creciente de resultados nefastos para la salud”.
En un artículo reciente, analicé un importante libro nuevo de los economistas marxistas brasileños Adalmir Antonio Marquetti , Alessandro Miebach y Henrique Morrone. Propusieron un modelo de desarrollo económico basado en el cambio técnico, la tasa de ganancia y la acumulación de capital, por un lado, y el cambio institucional (es decir, políticas y gobiernos) por el otro. Juntos, estos dos factores podrían combinarse para explicar la dinámica de ponerse al día o quedarse atrás.
Las extremas derechas constituyen un mundo heterogéneo, que pone en tensión los marcos analíticos progresistas y se postula como el instrumento para enfrentar el statu quo. El «No pasarán» parece hoy insuficiente para frenar a estos movimientos. ¿Por dónde podría comenzar el rearme progresista en este contexto de gran confusión política e ideológica?
El derrocamiento del gobierno dictatorial de Sheikh Hasina en Bangladesh por parte de estudiantes y la población la semana pasada es un resultado sorprendente del dominio de la crisis estructural sobre el aparato represivo de estado.
Gran Bretaña es testigo de una espeluznante ola de violencia racista dirigida contra musulmanes y organizada por activistas de extrema derecha. Las violentas bandas fascistas se alimentan de la legitimación de las ideas racistas por parte de los partidos y los medios de comunicación dominantes en Gran Bretaña.