La causa palestina no es tan solo una lucha por la defensa de los más básicos derechos humanos, sino una de las luchas antimperialistas más significativas de nuestro tiempo. Pese a la criminalización de los gobiernos y el silencio cómplice de los medios de comunicación, las masivas movilizaciones a favor de Palestina han logrado sacudir las conciencias de millones alrededor del mundo. Obviamente el gobierno argentino a contramano de la tradición de política exterior nacional, lejos de condenar la guerra, se involucra en ella, y lo hace aparentando ser un gran decisor, esquivando su irrelevancia. Un revival del paradigma menemista, capaz de enviar tres canoas a la "guerra del golfo" durante el gobierno del "amigo" George HW Bush. En suma, una política exterior abyecta, superpuesta a una personalidad delirante y ofertas de negocios, claro que sí.