Muchas nociones se han propuesto, en los últimos meses, para tratar de entender lo que nos sucede: se nombraron cosas como “crueldad”, “sadismo”, “perversión”, etcétera. No nos conforma esa cierta psicologización de la política, y entonces, paradójicamente, para corrernos de ella vamos a proponer un término psicoanalítico: lo siniestro. Estamos aquí, entonces, para hablar, como podamos, de lo siniestro. Y de su amenaza. Que hayamos elegido este momento, esta época, para hablar de eso, cada quien lo interpretará como quiera. El verbo “querer”, asociado a lo siniestro, invoca sin duda un deseo, más la advertencia de cuidarse de su satisfacción.