En las últimas décadas hemos sido testigos de grandes transformaciones en el mundo del trabajo. Desde el advenimiento de Thatcher en Gran Bretaña y de Reagan en Estados Unidos (símbolos elocuentes de su acción son la feroz lucha de la primera contra los mineros y la del segundo contra los controladores aéreos), el ataque frontal al mundo del trabajo ha cobrado un nuevo vigor, arrastrando incluso a importantes fuerzas políticas antaño de izquierdas a un activo papel antilaboral y dejando atrás progresivamente muchas de las conquistas de posguerra. En Occidente, este ataque, aún en curso, ha sido posible no sólo por las malas decisiones tomadas por los políticos, sino también por el desarrollo de los procesos de globalización e innovación tecnológica.
El modelo económico boliviano, impulsado desde 2006, muestra signos de agotamiento, en el contexto de la guerra interna entre «evistas» y «arcistas». Casi dos décadas de hegemonía del MAS podrían estar llegando a su fin, aunque nada está escrito en piedra.
Hablamos con Masha Gessen, figura de renombre en el ámbito periodístico e intelectual de origen ruso-estadounidense, cuyo último artículo para la revista The New Yorker analiza la políticas de conmemoración del Holocausto en Europa. Este 15 de diciembre Gessen iba a recibir el prestigioso Premio Hannah Arendt en Alemania. Sin embargo, la ceremonia se pospuso ante la decisión de algunos patrocinadores del premio de retirar su apoyo a la premiación, por la comparación realizada por Gessen en su artículo entre la situación de Gaza y lo experimentado en el gueto de Varsovia. La ceremonia de entrega de premios finalmente se reprogramó para el sábado 16 de diciembre y será un evento más pequeño. Gessen sostiene que la cultura alemana de aprender y reparar los pecados del régimen nazi se ha transformado en un apoyo irrestricto al Estado de Israel sean cual sean sus actos, que censura cualquier expresión de solidaridad con Palestina en un esfuerzo viciado por combatir el antisemitismo. La piedra angular de esta forma de “política de la memoria” es que “nada es comparable con el Holocausto”, dice Gessen. “Mi argumento es que para aprender de la historia, es necesario establecer comparaciones”.
En un contexto de alta concentración de la riqueza y de aumento sostenido de las desigualdades, el gobierno de Javier Miliei impulsa un ajuste brutal de la economía y la deslegitimación constante de cualquier forma de organización popular, ya sea de los movimientos sociales, las organizaciones gremiales, hasta las acciones colectivas de los vecinos y vecinas autoconvocadas, con el objetivo de desarticular un entramado social que, por supuesto, no comulga con su proyecto económico, político y social que excluye a las mayorías populares y de clases medias.
El nuevo gobierno de Argentina busca transformar la estructura económica y social a través de una fenomenal redistribución regresiva del ingreso. De fondo, sin embargo, su objetivo es instalar una nueva visión del mundo, en la que los explotadores son benefactores sociales y los vínculos de solidaridad, un negocio aberrante.
La globalización de la economía capitalista se empalma con el método fascista para privatizar la estatalidad. Una prótesis de expansión de esa amalgama está en nuestros bolsillos: el celular, que propaga ese poder oscuro. No nos compramos un celu; nos abrimos a él, le permitimos entrar a nuestras vidas y le regalamos nuestro ser a un aparato propagador de un poder fascista.
"¿Qué extraña inversión se produjo en las entrañas de ese pueblo humillado, perseguido, asesinado, como para humillar, perseguir y asesinar a quienes reclaman lo mismo que los judíos antes habían reclamado para sí mismos? ¿Qué extraña victoria póstuma del nazismo, qué extraña destrucción inseminó la barbarie nazi en el espíritu judío? ¡Qué extraña capacidad vuelve a despertar en este apoderamiento de los territorios ajenos, donde la seguridad que se reclama lo es sobre el fondo de la destrucción y dominación del otro por la fuerza y el terror? Se ve entonces que cuando el estado de Israel enviaba sus armas a los regímenes de América Latina y de África, ya allí era visible la nueva y estúpida coherencia de los que se identifican con sus propios perseguidores". León Rozitchner
José Tapia tiene un nuevo libro sobre la economía mundial. Tapia es profesor de política en la Universidad de Drexel, Filadelfia, donde imparte cursos sobre economía política internacional, economía política del cambio climático, desarrollo social y partidos políticos. Licenciado en economía, medicina y salud pública, trabajó anteriormente para el sistema de seguridad social español, la Organización Mundial de la Salud y la Universidad de Michigan. En sus numerosos libros y artículos, en español e inglés, ha hecho importantes contribuciones a la economía de la salud, la comprensión del cambio climático y la explicación de las crisis capitalistas, todo desde un punto de vista marxista.
Lo primero que debe quedar claro de este detalle de ganadores es que los sectores dominantes del golpe de Estado de 1976 tienen nuevamente la oportunidad de consolidar los objetivos fundacionales de la interrupción de la democracia. Y como bien dice el Instituto de Pensamiento y Políticas Publicas (IPyPP) en su análisis del DNU y proyecto de Ley Ómnibus, seguirán pretendiendo “transformar el fracaso de la institucionalidad nacida en 1984 y expresada en la irrupción de Javier Milei, en objetivos que nunca abandonaron, con los que boicotearon, neutralizaron e incluso subordinan a las distintas experiencias populares, al tiempo que construyeron, durante los últimos 50 años, representaciones institucionales fieles a sus objetivos”.
La estrategia nuclear maximalista de Estados Unidos, basada en el supuesto de que Estados Unidos puede dominar todas las etapas de la escalada convencional y nuclear e incluso ganar una guerra nuclear, es un factor importante para inducir una falsa sensación de poder por parte de quienes toman las decisiones, lo que lleva a la agresividad de Washington hacia Beijing y Moscú en la actual Nueva Guerra Fría. El resultado más probable de la actual opinión occidental de que las armas nucleares pueden usarse para lograr fines políticos y militares es que, de hecho, terminarán usándose , con la destrucción de prácticamente toda la humanidad.
Mientras somos testigos de insurgencias populistas de derecha en todo el mundo, debemos preguntarnos por qué la izquierda populista ha sido tan inepta y la derecha tan magistral a la hora de capturar el terreno de las emociones: la ira, la pasión, el amor, el deseo. Debemos alejarnos de la "teoría hidráulica", en la que el ascenso de la derecha está directamente relacionado con el declive de la izquierda y preguntarnos, en cambio, qué afirmaciones demagógicas particulares encuentran resonancia emocional entre la gente común y corriente en contextos tan diferentes como los Estados Unidos de Trump y La India de Modi. ¿Qué los convierte en terrenos igualmente propicios para la captura de la psique antidemocrática?
Tomando los valores promedio, lo que surge es que de aquel 41% oficial alcanzado en las PASO 2023, el comienzo del nuevo programa de ajuste estructural hizo saltar la pobreza del 48% en diciembre del año pasado para ubicarlo cercano al 56% en enero 2024, según estimaciones propias (IPyPP). Esto implica que en tan sólo 50 días Milei logró lo que a Macri le llevó cuatro años en términos de aumento de la pobreza. Y la suba no se detiene.
Algunas tecnologías aumentan la productividad, pero otras remodelan no solo nuestra sociedad, sino también nuestra fisiología. Sea cual sea el futuro de la inteligencia artificial, la estrategia socialista debe ser la misma: incrementar el poder del trabajo.
Este 24 de febrero, en la sala Che Guevara de la Casa de las Américas, Ignacio Ramonet, periodista y escritor español, impartió la conferencia «Estrategias de la nueva extrema derecha para conquistar el poder». Sin profundizar el análisis de las causas estructurales del surgimiento de la ultra derecha y el fracaso de las alternativas socialdemócratas previas, Ramonet brinda un panorama descriptivo sobre las experiencias de ultraderecha en el planeta y arriesga algunas hipótesis sobre su consistencia y persistencia, una, controvertida, el retiro y desprestigio de las grandes religiones como vía institucional de canalización de las creencias, el deterioro de las clases medias, el impacto tecnológico, las redes, la sobreinformación y la proyección masiva hacia un futuro incierto e inseguro. Finalmente señala las diferencias entre las experiencias de ultraderecha de los años 30 y las actuales.
Durante años se ha configurado un relato oficial no solo de la transición, sino de la década de 1980 en España, caracterizado entre otras cuestiones por idealizar una época y vaciarla de todo contenido crítico. Los años 80 se resumen frecuentemente en la movida madrileña, el fracaso del 23-F, la victoria del PSOE y la integración en la OTAN y en la CEE. Se trasmite una visión de que todo fue positivo, restando importancia a las voces críticas, disidencias y movilizaciones de aquellos años. En todo caso, habitualmente solo se ha focalizado el malestar en las movilizaciones por la salida de España de la OTAN y en la Huelga General de 1988, que han sido presentadas como un par de episodios anecdóticos en el acrítico proceso de modernización y europeización de España.
En la última reunión de Coyunturas en el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas participaron Claudio Lozano, Ana Rameri, Tomás Raffo, Horacio Fernández, Marisa Duarte, Alejandro López Mieres, Agustina Haimovich, Rubén Ciani, Jaime Farjii, Noemí Giosa Zuazua y Ariel Pennisi. El encuentro arrojó algunas definiciones e hipótesis sobre el horizonte dolarizador, los conflictos internos al bloque de poder, el comportamiento del sector agroexportador, el rol de Techint en este proceso político y, fundamentalmente, las dificultades y desafíos de los sectores populares y otros actores hoy asediados por el plan de gobierno…
La ajustada victoria electoral de Luiz Inácio da Silva en octubre de 2022, y la pervivencia del bolsonarismo social, dificultan el proyecto del presidente brasileño. Para conseguir una base parlamentaria, este ha debido repartir ministerios entre los partidos del insaciable centrão, al tiempo que ha tratado de simbolizar el paso de página respecto del periodo bolsonarista.
El presidente de la Nación dijo que el Congreso es un nido de ratas. Es un insulto gravísimo, contra los y las representantes del pueblo que desarrollan en el Congreso su trabajo, contra el pueblo que los y las votó, pero, sobre todo, es una evidencia más de lo que piensa el presidente sobre la democracia y sus instituciones.
La política socioeconómica oficial replica la miseria planificada, como calificó Rodolfo Walsh a uno de los objetivos claves del programa económico de la última dictadura militar, cuyas consecuencias pueden verse claramente hasta hoy, y de la cual, el actual Presidente es heredero cabal. La arqueología del Psycho Killer es mundana y hay que buscarla en Martínez de Hoz, no tanto en Friedrich August von Hayek.
Así funcionan los Aparatos ideológicos. En el momento de la masacre de Gaza, genocidio liso y llano, sale "Zona de Interés" la película de Glazer (director judío inglés) sobre el holocausto. Multipremiada desde luego, la peli es muy buena cinematográficamente. Pero el contexto histórico en que se estrena le confiere su sentido. La especificidad de la crítica descontextualizada es la modalidad de aparición de la ideología sionista, en este caso. Y sucede en el momento en que las discusiones sobre el conflicto entre Palestina e Israel están saturadas de falacias y juegos retóricos. El vínculo entre Occidente y el Estado de Israel, marcado por el legado del Holocausto, juega un papel central en estos debates, incluso en la justificación del genocidio en curso.