A lo largo del siglo XX y hasta hoy, el sionismo no solo ha sido una ideología de colonización y apartheid, sino también un campo de divisiones políticas, éticas y personales en la diáspora judía y en las izquierdas globales. Desde los intelectuales comunistas judíos hasta la vida cultural árabe, desde la liberación negra hasta la filosofía radical francesa, nuestras orientaciones y vocabularios políticos arrastran ya numerosas huellas sedimentadas del imperativo de prestar atención al lenguaje de la liberación palestina, de romper con la lógica colonial de dominación y aniquilación del sionismo y de trabajar por la libertad y la igualdad desde el río hasta el mar.
En Argentina, el discurso oficial del sionismo es el que prima, incluso judicialmente. Todo ataque al sionismo es considerado antisemitismo y es punible penalmente. Los palestinos son terroristas e Israel siempre está en peligro y tiene derecho a defenderse. ¿Cuál es el peso político real del sionismo en Argentina y por qué?
David Adler: "Hoy les escribo una carta muy personal a todos ustedes: una carta sobre lo que significa para mí ser judío en una misión que llegará a la “Zona Roja” durante Yom Kippur, el día más sagrado del calendario judío. Casi nunca escribo "como judío". Comparto el agotamiento de verme obligado a priorizar los sentimientos judíos, cuando se ha cometido un genocidio en nombre del "interés nacional" sionista y cuando activistas han sido detenidos, torturados y deportados en nombre de nuestra "seguridad"...
Gran parte de las mayores atrocidades históricas cometidas por la humanidad en contra de la humanidad y de su medio ambiente , como la esclavitud o un genocidio, han sido legales. La legalidad, como bien sabemos, no es sinónimo de justicia. Este hecho nos recuerda de las palabras de Platón, el cual expresaba hace más de 2,000 años, que la justicia, muchas veces, es la voluntad del poderoso. Detrás de la mascara de hierro de leyes divinas y humanas, utilizada por las clases dominantes, se han cometido los crímenes más atroces. Detrás de púlpitos y parlamentos, los opresores han defendido sus acciones, con una biblia en la mano y un fusil en la otra. Hegel expresó una vez que la historia es un matadero. No obstante, analiza la historia humana y descubrirás que ha sido manipulada por el conquistador.
Para los ideólogos e impulsores del sionismo nada está liberado al azar. Esa ideología, que se escuda en el Estado de Israel, se constituyó desde sus inicios con fuertes rasgos racistas y colonialistas. En la actualidad, el genocidio que el gobierno de Benjamín Netanyahu comete en la Franja de Gaza contra el pueblo palestino no se contradice con los postulados primarios del sionismo. Quienes dieron forma a ese pensamiento excluyente y supremacista tuvieron en claro que la tierra que buscaban conquistar debía ser vaciada hasta su último rincón. Pero en ese territorio que es Palestina sus pobladores y pobladoras se niegan a rendirse ante las bombas y masacres. Y esto lo hacen porque su historia, su cultura, sus afectos y familias, sus cultivos y cielos, los acompañan desde hace miles de años.
El ataque en la capital Doha de Qatar realizado por Israel el pasado 9 de septiembre, con el objetivo de eliminar físicamente a los representantes del Hamás ahí presentes, ha provocado una reacción de repudio a nivel internacional: este ataque constituye una nueva violación a la integridad territorial de un Estado soberano por parte de Israel. Mientras tanto el embajador argentino en Israel, Axel Wahnish, anticipó hoy que el Gobierno está trabajando en un “ memorándum histórico ” entre ambos países para fortalecer su alianza en defensa de “la democracia y la libertad”, en un contexto de escalada de la confrontación en Medio Oriente con los grupos extremistas.
La era digital borra identidades y vínculos mientras el poder tecnocrático moldea conciencias globales. El gran dilema de nuestro tiempo es compatibilizar la idea de progreso con la inteligencia artificial y la esencia humanista de la Doctrina Social de la Iglesia. Confiemos que este mundo desacralizado, después de siglos de materialismo, caracterizado por la ausencia de lo sagrado, no sea un impedimento para hacer de la IA un instrumento humanista de progreso y no un factor de poder para someter la libertad humana a la matemática de los algoritmos.
A través de Israel y la ideología del sionismo, las élites occidentales reinventaron su sistema de control racista y lo vendieron como una causa "moral". Ahora el juego ha terminado. La campaña de Israel para erradicar Gaza está a punto de entrar en su tercer año. Este no es solo un momento simbólico. Es hora de la verdad, tanto para los que llevan a cabo la destrucción del enclave como para los que se oponen a ella.
El alineamiento irresponsable con un gobierno que está acusado por el Tribunal Penal Internacional de Crímenes de Guerra y Crímenes de Lesa Humanidad, sumado a estafas, escándalos y negociados opacos, deja a la Argentina en una situación de vulnerabilidad indudable frente a países hermanos, ámbitos de cooperación internacional y foros de cooperación regional y global. Mientras el gobierno anuncia el potencial arribo de Netanyahu e insiste con que «no hay plata», una creciente proporción de la ciudadanía argentina empieza entrever el fin de esta pesadilla liberticida.
La cinta sin fin de noticias de atrocidades, asegura que los medios occidentales estén tan ocupados persiguiendo el último crimen de Israel en Gaza, que nunca se detienen lo suficiente para reconstruir la historia más grande del genocidio. Los negocios de Milei con Israel.
«Le sionisme et son destin», de Frédéric Lordon, apareció originalmente en La pompe à phynance, el blog del autor en Le Monde diplomatique, el pasado 19 de junio de 2025. Traducido y publicado en Communis con la autorización de Frédéric Lordon, lo reproducimos en Revista Jacobin como parte de la asociación de colaboración entre ambos medios. La síntesis es que, tarde o temprano, a todo proyecto político de dominación le llega la hora de revelar su verdad y mostrar su verdadera naturaleza. Así pues, todas las características fundamentales del sionismo quedan expuestas a la luz del día, ante los ojos del mundo: colonial, racista —pero eso ya lo sabíamos— y, si es necesario, genocida: es lo que sabemos ahora.
La intención de Israel de aniquilar Gaza habría quedado clara mucho antes si hubiéramos escuchado a los periodistas palestinos, en lugar de las evasivas y equívocos de la BBC. El oscurecimiento del genocidio de Gaza, y de la colusión occidental en él, proporciona una instantánea en alta definición de las agendas racistas y coloniales que dominan lo que llamamos "noticias".
Dos informes publicados ayer 22 de agosto confirman lo que ya se sabía: Israel está usando el hambre como arma de guerra en Gaza y como estrategia no solo para matar a los palestinos, sino para deshumanizar a la población y desintegrar la sociedad. “Israel está privando deliberadamente de agua a la población de Gaza. Como parte de su campaña genocida, las autoridades israelíes están negando a los palestinos necesidades básicas para la vida, como alimentos, agua y atención sanitaria”
Este informe se basa en la definición jurídica de genocidio recogida en la Convención de las Naciones Unidas, pero adopta un marco analítico más amplio, inspirándose en la concepción original de Raphael Lemkin, así como en investigaciones históricas y sociológicas, al examinar el proceso que condujo al genocidio en Gaza y los actos genocidas de Israel en la Franja. El informe analiza las condiciones que precedieron a octubre de 2023 y sentaron las bases para la ejecución del genocidio tras el ataque de Hamás el 7 de octubre; las razones por las que este ataque se convirtió en un catalizador en el camino hacia el genocidio; y la gama de prácticas que Israel ha aplicado en Gaza desde el 7 de octubre. En conjunto, estas prácticas constituyen un ataque coordinado contra los fundamentos esenciales de la sociedad palestina en Gaza, con la intención de destruir a los palestinos de Gaza como grupo. El informe también examina como estas prácticas genocidas se están extendiendo gradualmente a otras zonas controladas por Israel y advierte del peligro que suponen para los palestinos de esas zonas, tanto a título individual como colectivo.
Como enfatiza el desempolvado del Plan E1 de Israel, el destino previsto de los palestinos en Cisjordania no es en última instancia diferente del destino de los palestinos en Gaza, a menos que actuemos. Hay una historia de fondo reveladora en el llamado Plan E1 de Israel, un proyecto de asentamiento masivo que incluye la construcción de muchos miles de nuevas viviendas. El objetivo del plan es separar irreversiblemente el lado oriental palestino de Jerusalén anexionado ilegalmente de Cisjordania, y luego dividir la Cisjordania ocupada ilegalmente en dos cantones territoriales separados, destruyendo cualquier esperanza de un futuro estado palestino.
Esa historia de fondo socava por completo la narrativa de "autodefensa" de Israel en Gaza.
La creación del sionismo parte de una falsedad histórica. Judíos y Palestinos convivían sin problemas, antes de la creación del Estado de Israel (1948), como habían convivido en España con los musulmanes durante 800 años, hasta la llegada de los reyes católicos. Al sionismo se lo relaciona directamente con el judaísmo, aunque vale la pena aclarar que la inmensa mayoría de las y los judíos no son sionistas. Sabemos que es un movimiento político originado con la finalidad de crear el Estado de Israel. Se conformó a fines del siglo XIX y logró su objetivo en 1948. Para ello, desde su fundación como movimiento político hasta lograr su objetivo, fueron trasladando a las y los judíos perseguidos, principalmente en Europa, a Palestina. Esos masivos traslados fundando colonias, incluyeron también el acuerdo firmado con Hitler en 1938, por el cuál más de 60.000 judíos alemanes ricos pagaron su traslado a la Tierra prometida.
La población de Gaza se muere de hambre debido a una hambruna provocada por el hombre, mientras Israel elabora planes para una ocupación militar a gran escala. Los funcionarios del gobierno estadounidense no solo han ignorado las atrocidades históricas en Gaza, sino que las han aplaudido.
Los medios de comunicación están legitimando el asesinato de periodistas por parte de Israel, y lo están haciendo porque son propagandistas racistas de un sistema de control colonial occidental en Oriente Medio ¿Cómo es posible que un reportero de la BBC haya hecho la siguiente observación obscena en su segmento sobre el asesinato de Israel el fin de semana del periodista de Al-Jazeera Anas al-Sharif: "Está la cuestión de la proporcionalidad. ¿Está justificado matar a cinco periodistas cuando solo estabas apuntando a uno?"
Desentrañar las suposiciones periodísticas depravadas detrás de esta breve "pregunta" no es una tarea fácil.
El apoyo del Reino Unido al genocidio israelí en Gaza —que ha dejado hasta ahora más de 38 100 palestinos muertos— les costó muy caro a los dos principales partidos del país europeo —el Partido Conservador y el Partido Laborista— en los comicios del 4 de julio de 2024. El Partido Conservador británico, conocido como ‘Tory’, que brindó un apoyo inquebrantable al régimen sionista durante la guerra en curso, perdió el poder tras catorce años por no retroceder en su respaldo a Israel.
Los laboristas, a su vez, a pesar de una victoria en las elecciones, perdieron un gran número de votos y varios diputados frente a candidatos independientes pro palestinos en varios escaños con grandes poblaciones musulmanas. El Reino Unido ha sido siempre un aliado tradicional de Israel. Según la organización Human Rights Watch (HRW), Londres suministra al régimen de Tel Aviv misiles, tanques, tecnología, armas pequeñas y municiones, así como aproximadamente el 15 por ciento de los componentes del caza F-35 que se utiliza actualmente para bombardear Gaza.
Entender la violencia en Gaza como un caso de genocidio nos permite vincular el sufrimiento masivo de la población civil con la intención expresa de Israel, su política de Estado, sus relaciones económicas y su estrategia militar. Todos esos esfuerzos "humanitarios" bienvenidos, pero pasan por alto el carácter sistemático de la destrucción de Gaza y la depuración étnica de la Ribera Occidental por parte de Israel, al tiempo que subordinan la libre determinación de los palestinos a un principio de seguridad absoluta para Israel, que es indistinguible de la dominación total y la impunidad sin fin.