La obra del padre del psicoanálisis explica por qué, ya en los años treinta, rechazaba la idea de un Estado exclusivamente judío en Tierra Santa.
En las próximas publicaciones, mi objetivo es revisar una serie de libros publicados el año pasado sobre aspectos clave de la teoría económica marxista. Empiezo con la teoría de la dependencia.
El fascismo es homólogo a la mafia, un movimiento político, cognitivo y pensamiento de afirmación y negación. Un movimiento dualista. Por ejemplo Milei abandona el discurso anticasta y pacta con la casta, siempre se balancea entre puntas agónicas y se ha constituído ahora en un dispositivo de Macri que ante su gran descrédito, decidió gobernar "mediado".
En un intento de ocultar los accidentes de almacén de las investigaciones de los medios, los trabajadores de Amazon alegan que la compañía está dando instrucciones a los trabajadores lesionados para que no llamen al 999 y se dirijan al hospital por sus propios medios.
En Argentina se han vuelto a equivocar los sondeos. En este caso, también han errado los medios de comunicación de más de medio mundo. Los medios, unos más que otros, han hinchado el fenómeno Milei, ante la magnitud de su audiencia en las redes sociales y su capacidad de movilización en la campaña. Un espectáculo televisivo. Un auténtico fenómeno de masas, espoleado por la fenomenología digital, puesto que todos los personajes extremos y disruptivos acaban siendo muy atractivos en la lucha por el clic. Un candidato aparentemente aburrido, Ministro de Economía en un país que se halla al borde de la suspensión de pagos, con una inflación del 120 %, no genera mucha audiencia digital; un tipo greñudo que grita como un poseso en los mítines, armado con una motosierra, sí. Espectáculo y sorpresa. El día de las elecciones gana el candidato aparentemente aburrido y la motosierra se detiene.
La guerra entre Israel y Hamás ha puesto de manifiesto con mayor urgencia los peligros de confiar en nuestros feeds para estar al día de los acontecimientos que se desarrollan en tiempo real. Nada existe, todo se construye, hasta los sagrados "hechos".
Aún en el marco de una centrada atención de la agenda pública a la coyuntura política nacional, y la cercanía a la definición de un decisivo ballotage, se puede señalar que paralelamente a este importante acontecimiento político, se está produciendo desde hace tiempo una acentuada lucha geopolítica por un nuevo orden internacional que también nos afecta y que está recrudeciendo desde hace un año y medio en términos militares y de guerra fría. Es importante, por tanto, contar con este contexto para considerar cómo nos afecta, saber dónde estamos parados y a qué parte del mundo en conformación queremos ir e incidir.
Las llamadas energías renovables se expanden sin cesar, pero la demanda de combustibles fósiles sigue siendo lo suficientemente fuerte como para frustrar los objetivos de contención del calentamiento global y limitarlo al aumento de 1,5°C respecto de la era preindustrial, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).
La semana pasada, Zambia llegó a un acuerdo para aliviar casi 4.000 millones de dólares adeudados a tenedores de bonos privados, lo que generó esperanzas de que una prolongada reestructuración de la deuda del segundo mayor productor de cobre de África estuviera llegando a su fin. Habían sido necesarios tres años para conseguir una "reprogramación" de la deuda. Pero no ha desaparecido, simplemente es un poco más pequeño y el costo del servicio es un poco menor.
El pasado lunes la diputada de La Izquierda en el Bundestag Sahra Wagenknecht anunció en rueda de prensa en Berlín que abandonaba el partido y fundaría otro nuevo en enero, poniendo fin a meses de fuertes tensiones internas, rumores e incertidumbre. Con su marcha y la de otros nueve diputados, La Izquierda perderá el grupo parlamentario en el Bundestag y afrontará una nueva y complicada fase. El partido escindido, que por ahora lleva el nombre de Alianza Sahra Wagenknecht, podría obtener hasta un 12% de los votos en las próximas elecciones federales según los primeros sondeos -un porcentaje superior en los territorios de la antigua Alemania oriental- y alterar así el sistema de partidos alemán. Debido al peso que hasta la fecha tenía La Izquierda alemana en el conjunto de la izquierda europea, la decisión de Wagenknecht tendrá sin duda repercusiones más allá de las fronteras alemanas. Por la importancia de este hecho, Sin Permiso ha traducido la carta de los nueve diputados que han abandonado la formación y que publicaron en el diario junge Welt.
El partido hegemónico en la política boliviana desde 2005 se encuentra dividido en dos fracciones, en medio de una escalada del conflicto interno. La puja política por el control del Movimiento al Socialismo (MAS) se va a jugar en varios niveles, incluidas las organizaciones sociales que conforman su base, hoy divididas, y el Poder Judicial.
Ayer se publicó la primera estimación del crecimiento del PIB real del tercer trimestre en Estados Unidos. Mostró que la economía estadounidense se expandió a una tasa anualizada del 4,9%. El Financial Times calificó esto como un “ritmo vertiginoso que, no por primera vez, desafió predicciones más sombrías de los economistas”. La Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, comentó que "es una cifra buena y sólida y muestra una economía que está funcionando muy bien" y "no espera que continúe el crecimiento a ese ritmo, pero sí tenemos un crecimiento bueno y sólido".
E. Raúl Zaffaroni recurre al antropólogo y filósofo de nuestra América Rodolfo Kusch para darle un marco histórico a la dinámica política y económica peruana más reciente: la destitución del presidente Pedro Castillo, proceso que se realizó sin contar con el número de votos legalmente necesarios y sin concederle ni siquiera el derecho a ser escuchado.
En Estados Unidos, la figura de Joe Biden, un representante del partido demócrata en su variante más cercana a las políticas de las corporaciones financieras y los bancos ya es tan débil e impopular que hay que considerar seriamente la posibilidad de que Donald Trump lo derrote en 2024. Una derrota que no tiene comparabilidad con el avance de las ultra derechas latinoamericanas, cipayas y aliadas al neoliberalismo financiero.
Las transformaciones digitales están poniendo en tensión las formas de trabajar, pero también de organizarse en el ámbito sindical. Las respuestas latinoamericanas son hasta ahora embrionarias. Se requiere aún una mayor reflexión sobre la inteligencia artificial y las transformaciones en el mundo laboral desde el Sur global.
“Una noche de invierno, me tocó el turno de guardia con Efraim Avneri… La noche no me dejaba ver su rostro, pero percibí una sombra de ironía subversiva en su voz cuando me respondió:
—¿Asesinos? ¿Y qué te esperas de ellos? Desde su punto de vista somos extraterrestres que han venido del espacio para esparcirnos por sus tierras… Y con la astucia nos acaparamos una parcela de suelo tras otra. Así que, ¿qué querrías? ¿Que nos agradecieran la bondad de nuestros corazones? ¿Que vinieran a nuestro encuentro tocando fanfarrias? ¿Que nos ofrecieran respetuosamente las llaves del país completo porque hubo un tiempo en que nuestros antepasados vivieron aquí? ¿Acaso hemos de sorprendernos si se han levantado en armas contra nosotros? Y ahora que les hemos infligido una aplastante derrota, y cientos de miles de ellos viven en campos de refugiados desde entonces, ¿esperas quizás que compartan nuestra alegría y nos deseen lo mejor?
El desequilibrio de la economía argentina se revela por su alta dependencia de las exportaciones agrícolas para obtener dólares. Más de la mitad de las exportaciones provienen de productos agrícolas, mucho más que otras economías de AL, mientras que la proporción de exportaciones manufactureras es pequeña. Directa o indirectamente, la agricultura argentina emplea sólo dos millones de personas, o el 14% de la población activa, y aporta sólo el 10% del PIB. Sin embargo, por cada 10 dólares que Argentina acumula a través de las exportaciones, casi 6 dólares provienen de la agricultura. Sin exportaciones agrícolas, Argentina apenas obtendría divisas.
Culpo a la pequeña minoría de antisemitas en la vasta campaña por una Palestina libre cuyo comportamiento sólo sirve a los oponentes más agresivos del pueblo palestino. Culpo al gobierno israelí por justificar su violencia como el único garante de la seguridad judía en todo el mundo. Culpo a los líderes que han decidido que las muertes de civiles son "sólo a veces" una causa legítima de angustia e ira, y a toda una clase política que considera útil aprovechar el miedo y el duelo judíos para sus propios fines.
Durante la cuarta guerra de Netanyahu contra los palestinos de Hamas, se agudizó la escalada retórica del inhumano sitio de Gaza y su idea para borrarlo del mapa. Al parecer una gran cantidad de personas desconocen, o quieren ignorar que, al fragor de la guerra asimétrica entre los guerrilleros sunitas de Hamas y el ejército profesional de Israel –dotado con 400 bombas nucleares clandestinas, dependiendo de quien haga las estadísticas interesadas- esto no puede llamarse una guerra.
El horrible bombardeo de esta semana al hospital Al Ahli de Gaza debería haber sido el catalizador de un alto el fuego inmediato. En lugar de ello, Joe Biden ha preferido redoblar su apoyo a la guerra criminal contra la población civil de Gaza.