
Con Cristina Kirchner, la principal opositora a la que intentaron asesinar en el año 2022 y hoy se encuentra presa e imposibilitada de competir sin justificación jurídica alguna, más la más baja participación electoral desde el año 1983, en otras palabras en elecciones que sin mucho esfuerzo de análisis resultan "una ficción democrática", sumado al "desdoblamiento", que produjo "el obvio efecto manada" del voto antiperonista ante los resultados de setiembre (recordemos 2019 entre PASO y primera vuelta) , finalmente Milei lo logró.
Obtuvo respaldo legislativo, con todo el "combo" descripto, más el apoyo inédito y explícito de Donald Trump. Mídase la endeblez del plan de Caputo Lombardi por la robustez de la injerencia de monarca del norte.
El expresidente libertario, obtuvo respaldo básicamente a expensas del PRO y Provincias Unidas (dos ondas parásitas, con agenda similar a la onda portadora de ultraderecha, que hoy encarna Trump y su sidecar local LLA), mientras el peronismo retuvo las 46 bancas de diputados en juego, y perdió seis escaños en senadores en CABA, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Salta y Tierra del Fuego.
Dicho esto, "bandwagoning" es el nombre académico de las interacciones estratégicas entre dos líderes. El dominante ofrece bienes o apoyo (“pagos laterales”, en su lenguaje) a cambio de cumplimiento. El subordinado busca ese apoyo para sostenerse en el poder evitando una derrota. El alineamiento, de este modo, es un intercambio asimétrico entre líderes: protección por obediencia. Mientras tanto, la geopolítica del líder dominante va marcando el rumbo regional del país que dice presidir el líder dominado. Veamos esta interesante nota de Federico Merke al respecto.