Analizamos un conjunto de núcleos teóricos claves del pensamiento de John William Cooke, en dirección a tomar nota de las novedades que aporta a la formalización aún pendiente de una teoría sobre el populismo. Un cuerpo conceptual en general y del peronismo como caso particular. Es necesario, ya que “las palabras son los hechos que producen” y así como estamos hoy … “No la vemos”.
En cierto momento a finales del 2019 me vi sobrepasado por la sensación de que mi vida había llegado a un impasse. Los problemas personales y profesionales me dejaron aún más precario y desvinculado de mi entorno social inmediato de lo que nunca había estado antes; la vida que tanto me había esforzado en construir parecía desmoronarse lentamente a mi alrededor.
José Luis Lanao sostiene que no hay nada más marxista y gramsciano que el poder popular encarnado en la figura de Juan Román Riquelme. El presidente de Boca Juniors enfrentó a una extrema derecha desatada, representada por Macri y Milei, a sus intereses económicos y a un sistema de medios que tienen a su servicio las mejores herramientas de persuasión.
El libro de Naomi Klein La doctrina del shock afirma que las políticas económicas de Milton Friedman y de la Escuela de Chicago, fundamentadas en el libre mercado, aprovechan las crisis ya sean contingentes o provocadas para realizar reformas impopulares. En las crisis, en medio del desastre, utilizan la tortura, la represión o la manipulación de la subjetividad, para debilitar la resistencia social e introducir reformas que profundizan esa hegemonía. Hoy sabemos que la movilización de afectos como el terror, la angustia, el miedo, la culpa, conduce al disciplinamiento y la obediencia social.
"He tenido una larga vida, he conocido contradicciones enormes y conflictos mortales, pero siempre sin embargo sabía de qué se trataba, los elementos de las contradicciones y del conflicto estaban dentro de un cuadro conocido, de cualquier manera significante; por qué entonces el significado de los eventos que hoy se dan en torno a mí se oscurece y se me escapa?" Toni Negri
Guarda al hilo, nena
Guarden bien tus manos
Esta libertad
Ya no poses, nena
Todo eso es en vano
Como no dormir
Aunque me fuercen yo nunca voy a decir
Que todo tiempo por pasado fue mejor
Mañana es mejor
Frente al abismo que plantea el avance del fascismo con su estructura destructiva, frenética y también dramática (en el más amplio sentido de este término), Claudio Véliz procura bucear en algunas de sus fuerzas motrices; menos para arriesgar algunas recetas para la acción que para plantear un debate urgente sobre la tragedia de este tiempo.
En la experiencia colectiva se traman los legados que interpelan a cada generación a tomar la posta y se enlazan luchas que, de otro modo, permanecerían abstraídas una de la otra. Cuando desde La Libertad Avanza propugnan que “la justicia social es una aberración” no sólo atacan el núcleo identitario de su adversario político, sino que, además, pretenden desarmar su horizonte para la acción colectiva. Es por eso que las clases dominantes procuran que los trabajadores “no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires”, como alertaba Rodolfo Walsh. Des-historizar es aislar. Su reverso no sólo es la memoria, sino también la solidaridad.
Apartir del triunfo electoral de Jair Bolsonaro en Brasil en octubre de 2018, un tipo de liderazgo con características políticas e ideológicas similares se ha extendido en la región, con suerte electoral dispar. Nos referimos a las experiencias políticas de José Antonio Kast en Chile, Rodolfo Hernández en Colombia y de las recientes de Paraguayo “Payo” Cubas en Paraguay y de Javier Milei en Argentina. Intentemos un análisis regional comparativo.
Nombrar el fascismo es una estrategia para la emancipación. Hasta tanto las cosas que nos inquietan no son nombradas no existen en el para sí. Si no existen reflexivamente dejan de tener eficacia en tanto herramientas para la transformación del mundo. El trabajo que tenemos por delante en el campo nacional y popular es nombrar las experiencias, incluso cuando son alucinatorias e inquietantes. El fascismo quiere arrojarnos al lugar del dolor, la angustia, la humillación y el exilio. Disponernos a practicar un antifascismo radical: resistir ese flujo libidinal oscuro que desmiente la razón y la confunde.
La obra del padre del psicoanálisis explica por qué, ya en los años treinta, rechazaba la idea de un Estado exclusivamente judío en Tierra Santa.
El individualismo autoritario y el liberalismo radicalizado hacia la derecha corroen la vida democrática e incluso el Estado de derecho. La amenaza política es también subjetiva. Y viene desde adentro del sistema, no desde afuera.
Vivimos en la época de los algoritmos. Las decisiones que afectan a nuestras vidas no están hechas por humanos, sino por modelos matemáticos. Estos esquemas se diseñaron para permitirnos, entre otras cosas, ahorrar tiempo, pero además se los popularizó como procesos más justos y objetivos. Antes estas técnicas la resolvían seres humanos, trabajadores ineficientes, según el progreso por estar dotados de un cúmulo de problemas: familia, horarios, prejuicios, arbitrariedades, etcétera, escarbando en montaña de papel para obtener un, ¡deficiente! resultado.
¿ Y aquellos que no se desencadenan nunca? Desde una perspectiva estructural –lacaniana– solo quedaría pensar que han tenido la fortuna de que ninguna contingencia vital los habría confrontado a la particularidad que reviste para ese sujeto la forclusión del Nombre-del-Padre. Sostiene Manuel Fernández Blanco en una columna anterior. ¿Puede un sujeto dejar de ser afortunado y desencadenar una psicosis extraordinaria? Lo veremos.
Todas las respiraciones contenidas se liberaron el domingo a la noche. Si nos hubiéramos parado sobre una balanza nos hubiera sorprendido un peso que ni con la dieta más exitosa hubiéramos podido conseguir. Hay algo, sin embargo, que sigue mordiendo el estómago por dentro. El domingo lo adormecimos, porque nos merecíamos festejar, nos merecíamos al menos una noche entera de dormir de corrido. Pero hoy, con el famoso diario del lunes, sabemos que el peligro no pasó. Está instalado cómodamente y no se piensa ir. Y, pensándolo bien, sería hasta bueno no abandonar tan fácilmente esa sensación.
Rosa Luxemburg y Antonio Gramsci nos ofrecen dos visiones diferentes de la historia de las sociedades capitalistas modernas, de las cuestiones de estrategia y organización del movimiento comunista. Sin embargo, a la vez que Luxemburg y Gramsci trataron de forma original y específica esas cuestiones, se puede hablar de una «línea Luxemburg-Gramsci», por lo mucho que tienen en común, y todavía de vigente, ambos pensadores.
El poema «Hay Cadáveres» es una de las mejores respuestas culturales a la sanguinaria dictadura que bañó de muerte a la Argentina, que hoy apologuizan Milei y Villarruel. La desmesura de sus versos parece corta frente a la desmesura de los muertos yacentes. En su permanente estribillo repiqueteante e hipnotizante (hay cadáveres), quedamos atrapados en una tela de araña y no podemos dejar de repetir «hay cadáveres», lejos de lo plañidero, muy cerca de lo inmediato y también de lo lejano, como certeza, no como llanto, como paisaje que de horizonte atrás a horizonte adelante, todo dice, cuchicheando o gritando, «hay cadáveres» . A su vez, el filósofo Mario Casalla propone reflexionar sobre el fenómeno político y social del voto a Milei, desde el concepto de pulsión elaborado por Sigmund Freud, la tendencia mortífera del hombre, y desde el Discurso sobre la servidumbre voluntaria del célebre jurista francés Étienne de la Boétie.
Era una típica tarde triste de invierno porteño. Se cerraba junio de 1983. Ese día hacía
frío y estaba nublado. En el centro de Buenos Aires la humedad pegajosa potenciaba el humo
de los caños de escape hasta el hastío. Todavía la dictadura militar estaba en el poder. Con la
complicidad del empresariado y la dirigencia política agrupada en la “Multipartidaria”, las
Fuerzas Armadas preparaban su retirada ordenada. Recién se levantaba la veda política. En
las universidades y en los colegios se volvían a organizar los centros de estudiantes, todavía
ilegales y clandestinos. Tres miembros del por entonces naciente Centro de Estudiantes del
ILSE (dos de 16 años y uno de 15) entrevistamos a Hebe de Bonafini, presidenta de las
Madres de Plaza de Mayo. Estos adolescentes se negaban a creer en el discurso pedagógico
oficial que en esos años escuchaban diariamente en las aulas (contra la “subversión” y el
“terrorismo”). Pero sospechaban que las Madres de Plaza de Mayo no los iban a atender. Se
equivocaron.
“Todos los argentinos nos merecemos un barco, todos soñamos con el timón de madera de roble lustrado haciendo la travesía Punta- Floripa, o vestidos de blanco con dos tremendas putas en la cubierta. Todos queremos lo mismo, y sólo cien tipos lo pueden tener. La puta que los parió a esos cien”. The Palermo Manifesto, 2008.
El trabajo moderno ha creado una epidemia de mala salud mental, y sin embargo cada caso es tratado como un problema individual. Solucionar esta crisis, que es creada y alimentada diariamente por el capitalismo potenciada en su fase neoliberal, exige cambios políticos profundos.