
Ibrahim Traoré, presidente de Burkina Faso, fue una de las primeras voces en desafiar la acción militar francesa en África Occidental.
El capitán de 37 años es uno de los rostros más populares del continente y está inspirado en el panafricanismo de Thomas Sankara.

El proyecto político que intenta imponer el presidente de los Estados Unidos representa nada menos que una reingeniería total de la lógica interna y externa que ha guiado a la superpotencia durante las últimas décadas. Restaurar el antiguo poder imperial estadounidense en un contexto de declive relativo no es una tarea sencilla, menos cuando debe ejecutarse contra la corriente de un orden global que se fragmenta.

Estados Unidos siempre ha sido el principal socio de Israel. Detrás hay organizaciones como el AIPAC, que buscan influir en el Congreso y la Casa Blanca para asegurar políticas favorables a esa relación y a los objetivos israelíes

La potencia de la fuerza social que aún puede torcer el destino de la humanidad asoma cuando la propiedad de unos pocos se vuelve sinónimo de miseria para la mayoría trabajadora.

El Reino Unido asistió ayer a un evento financiero aparentemente importante. La ministra de finanzas del gobierno laborista (conocida como la Ministra de Hacienda, un término real feudal), Rachel Reeves, presentó las medidas fiscales y de gasto del gobierno para este año (y los próximos).

En estos días hemos sucumbido a un tsunami de textos dedicados a conmemorar los cincuenta años transcurridos desde la muerte de Franco. Cincuenta años, ¿son muchos o pocos? Son muchos si pensamos que esa cifra es ya superior a la de los años que el dictador estuvo en el poder; son pocos si recorremos desde dentro de la memoria la propia vida descontada en ese arco temporal. Son muchos si repasamos los cambios asombrosos acaecidos en España; son pocos si reparamos de pronto en los ecos, las repeticiones y las rimas de la historia.

Nuestro país se encamina a conformar una alianza estratégica con EE UU, al que se subordina incondicionalmente, que profundizará las asimetrías ya existentes y condicionará a cualquier gobierno que suceda al actual.

Los electores le pusieron un límite, en las urnas, a la deriva autoritaria del presidente ecuatoriano. El «No» se impuso en las cuatro preguntas del referéndum celebrado el 16 de noviembre, incluidas las que buscaban abrir paso a una nueva Constitución y autorizar bases militares extranjeras en el país. Todo pasa.

David Barkin es profesor distinguido en la Universidad Autónoma Metropolitana de Ciudad de México, miembro emérito del Consejo Nacional de Investigaciones Investigadoras y receptor del Premio Nacional de Economía Política (1979). En 2016, recibió un puesto de investigación otorgado por la Fundación Alexander von Humboldt en Alemania.
Juan E. Santarcángelo es investigador principal en el Consejo Nacional de Investigación Científica y Técnica (CONICET) y director del Centro de Estudios para el Desarrollo, Innovación y Economía Política en la Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.
Aquí una descripción del modelo Milei, que muestra claramente el impacto central de la deuda como mecanismo de dominación geopolítica y desposesión ciudadana, cuyas conclusiones sobre el impacto social del ajuste narco capitalista se realizaron antes de las elecciones de octubre y entre otros excesos de optimismo, no observaron los efectos de la gran frustración social inducida por los dos gobiernos anteriores, el ausentismo electoral diferencial creciente, la autonomía de las alianzas provinciales y sus gobernadores, como tampoco "la astucia" del desdoblamiento bonaerense, entre otras circunstancias que operaron sobre los resultados de octubre.

El genocidio en GAZA ha roto la opacidad perceptiva de un sector amplio de la opinión pública. Los planes de "Alto el fuego" y en particular el 'plan de paz' de Trump nunca se realizarán de manera significativa —y nunca se pretendió que así fuera. Es simplemente una forma de justificar y prolongar el infierno viviente de Gaza atendiendo a la torsión en la percepción de buena parte de la opinión pública sobre lo que efectivamente está ocurriendo. Una ruptura de la ventana de Overton, una fisura en la espiral de silencio o simplemente el paulatino colapso de una falacia secular, donde al decir de Charly, "los inocentes son los culpables"

Las segundas vueltas siempre fueron negativas para el peronismo, asuman el formato que asuman. Nunca el peronismo ganó una segunda vuelta desde que está instititucionalizada, ni en los años 2015, 2023 o 2025.
Diseñada bajo el formato de balotaje por el dictador Lanusse a fin de impedir el acceso de Héctor Cámpora al gobierno en 1973, fue ratificado en la reforma constitucional de 1994, a la luz del paradigma neoliberal de época, los deseos de obstrucción del radical Alfonsín al peronismo y el afán reeleccionista del peronista Menem. Sin embargo, tanto el aumento de la participación, la BUP o "el desdoblamiento" la nueva narrativa que asumió el viejo balotaje promovido de hecho, no bastan, por sí solos, para explicar la derrota del peronismo en Buenos Aires. Veamos.

Sabemos que Donald Trump tenía una relación muy estrecha con Jeffrey Epstein, un prolífico abusador sexual de menores. Pero las recientes revelaciones plantean otra pregunta: ¿Utilizó Israel la relación de Trump con Epstein para obtener influencia política y condicionar la política estadounidense?

En la antesala del 38° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, que este año se realiza en Corrientes, la Argentina atraviesa uno de los tramos más críticos de su historia reciente. Dos años de un programa económico político de raíz fascista, financierizada y subordinada a intereses externos dejaron un país empobrecido, endeudado y atravesado por una multiplicación de violencias que se despliega con intensidad particular sobre mujeres y disidencias trabajadoras.

Durante gran parte del siglo XX, el sistema político argentino se organizó en torno a tres posiciones simbólicas frente al orden social: la conservación, asociada a la defensa del orden existente y de sus jerarquías; la reforma, como intervención correctiva que preserva lo esencial, pero modifica lo necesario; y la transformación, que implica la superación del orden mediante una ruptura estructural, sostenida en prácticas revolucionarias.

Una contradicción nada casual. El actual gobierno lanza una ofensiva de “renovación sindical” y reafirma su desprecio por el Congreso Nacional. Volver sobre la representación política y sindical resulta de utilidad en tiempos de quita de derechos a la clase trabajadora y desprecio por el Congreso Nacional.

Para Nancy Fraser solo adoptando una concepción ampliada de lo que entendemos por capitalismo —que supere la idea de que capitalismo es solo economía— podremos entender la aguda y multidimensional crisis en la que estamos inmersos. El «capitalismo caníbal» invade todas las esferas de la vida y puede destruir sus condiciones de supervivencia y, lo que es más importante, las nuestras. Desde su punto de vista socialista y democrático —que asume la necesidad de algún tipo de mercado y rechaza la economía planificada— la única esperanza de superación de la triple crisis (de reproducción social, ecológica y política) que estamos atravesando sería un populismo de izquierda que fuera capaz de evolucionar hacia algún tipo de movimiento socialista. Fraser reclama también que el feminismo corte sus vínculos con la élite económica y adopte una política de clase que pueda atacar la opresión desde sus raíces. Pero duda que sea posible crear una coalición lo suficientemente grande como para derrotar a las fuerzas reales del capital global y de las finanzas mientras la clase trabajadora esté dividida. Conversación sobre la historia.

Un informe de TN encendió todas las alarmas: $4.000 millones destinados a combatir el consumo problemático habrían sido desviados desde la APRECOD hacia organizaciones evangélicas sin antecedentes y alineadas políticamente con el gobernador Maximiliano Pullaro y con Milei. El entramado involucra asociaciones creadas hace meses, convenios millonarios sin controles y vínculos directos con el partido UNO, el brazo evangélico del oficialismo provincial de gran inserción en los barrios populares, cuya ideología sionista es evidente y tan obvia, que como todo lo evidente, se oculta. En fin, notable capítulo de "la batalla cultural" bastante poco analizado, claro: "El método es la economía, el objetivo es el alma" señalaba Thatcher en los 80. Y allá van ellos...

La fractura entre el sionismo secular y religioso opone a dos generaciones de colonos que desgarra a la sociedad israelí. Ese choque puede derivar en la implosión del Estado. El declive del sionismo es visible en el plano internacional y las acusaciones de antisemitismo pierden credibilidad. Intentan consumar un proyecto colonial fuera de época, en un marco de guerra permanente, que incentiva la deshumanización y fascistización del país. La división de la elite gobernante contrasta con la cohesión del pasado, mientras flaquea el reclutamiento y la inmigración. Una Intifada Global de movilizaciones callejeras empuja al país al mismo status de Paria, que detonó el fin del Apartheid. La nueva generación batalla contra la ultraderecha con la bandera de Palestina.

En los últimos cincuenta años, para tomar un período acotado, las escenas que propician la vida colonial tienen libretistas y actores: el argumento lo inspira el poder económico local e internacional y sus actores han sido y son: la dictadura establishment-militar, Menem, Macri y Milei, continuadores de los Rivadavia, Carlos María de Alvear, Manuel José García, integrantes de una nutrida lista del siglo XIX.

Los ataques letales de Donald Trump contra barcos en el Caribe y el Pacífico son una brutal escalada de la prolongada "guerra contra las drogas" de Estados Unidos, una guerra bipartidista que ha visto a Estados Unidos implicado en torturas y asesinatos extrajudiciales en el extranjero desde los años setenta.