¿Servidumbre resignada al Autócrata, o lucha por la libertad y el reconocimiento como Persona? En esta encerrona dura y cruel se juega la disyuntiva frente a la actual administración Milei. Efectivamente en estos días de motosierras, carajos y licuadoras, el fenómeno Milei expresa palmariamente que el Uno (el Amo) vuelve a fascinar a una buena parte de nuestra población que peligrosamente camina hacia un abismo económico, social y cultural del que será muy difícil regresar.
Hoy Evita cumpliría 105 años y muchas de sus propuestas aún no se han puesto en práctica. Sucede que en este mar contaminado de pragmatismo que nos ahoga, Evita hizo posible lo imposible. Sin ella el horizonte de transformaciones del peronismo bautismal hubiera estado mucho más cercano, fue tanto pasión como pensamiento estratégico. Veamos sólo un aspecto poco analizado de sus reivindicaciones de género cuyo punto culminante fue el derecho al voto de la mujer.
Lo primero que hizo Gustavo Petro Urrego como presidente de Colombia, aquel soleado 7 de agosto de 2022, fue pedir la espada de Bolívar. Todos los invitados a su asunción se pararon a aplaudir menos uno: Felipe VI, el rey de España. Había un trasfondo adicional: esa era la espada que el M19, el movimiento guerrillero en el que Petro participó en los 80, había robado en enero de 1974. En ese entonces, el futuro presidente era apenas un adolescente que cursaba en el colegio público La Salle, donde también se graduó como bachiller el escritor y periodista Gabriel García Márquez.