Hugo Presman recuerda los orígenes del peronismo, del kirchnerismo, del PRO y de La Libertad Avanza. El papel fundamental de la pandemia. Vuelve a advertir sobre el peligro que significaría que Javier Milei acceda a la Presidencia y desarrolla un tema que ha pasado casi inadvertido por los analistas: ¿Por qué el autoproclamado Libertario ubica la fecha de la decadencia argentina en las elecciones ganadas por Hipólito Yrigoyen en 1916?
Ocho años de castigo a los sectores populares han generado un escenario económico, político y electoral de fuerte desencanto y rechazo socialmente extendido a la dirigencia de las dos grandes coaliciones surgidas tras la crisis neoliberal del año 2001 de difícil reversión en el corto plazo. Cuando a la sociedad se la acorrala todo puede suceder. Dicho esto, una victoria de la extrema derecha en Argentina podría poner fin al «empate hegemónico» que vive el país desde 2001. La izquierda debe priorizar la lucha para evitar esta posibilidad por sobre cualquier otra cosa. Lo hará? Permítasenos dudarlo.
Milei no surgió de un repollo. Salió de las entrañas de un grupo económico integrante de la patria contratista. Es apadrinado y asesorado por dirigentes y ex funcionarios de este grupo, del menemismo, de las finanzas locales y de otros grupos económicos . No por casualidad, Milei apeló a Macri como garantía de su futuro gobierno y este le acercó sus asesores financieros. El proyecto de Milei no es nuevo: busca maximizar las ganancias y el poder de algunos individuos y grupos económicos, aliándose con grandes bancos y fondos financieros del exterior. En el 2015 Macri llego a la presidencia con el apoyo de toda la patria contratista. Desde allí, intentó imponer los intereses de su propio grupo sobre los demás y fue rápidamente desestabilizado.
Milei, a diferencia de Macri, no posee corporaciones ni estructura partidaria. En su lugar, esgrime carisma y voluntad de venderse al mejor postor.