En 2001, Néstor fue pura aleatoriedad y brillante construcción de coyuntura, pero su liderazgo aún no existía. El único activo potencialmente decisivo que se dispone hoy para enfrentar una coyuntura de crisis social –y la que viene será mayor-, es poseer un liderazgo histórico.
En este trabajo se sostienen, fundamentalmente, dos cosas: 1) partiendo del pensamiento político de Cerdeiras se puede hablar de la política como acontecimiento, con lo cual se conceptualiza la política como una práctica disruptiva que se produce al margen del condicionamiento social y puede provocar una ruptura e introducir una novedad radical que no es posible ser pensada como una consecuencia lógica de las reglas dadas al interior de una situación; y 2) esta concepción de la política como acontecimiento conlleva una perspectiva ontológica que enfatiza en la contingencia como condición ontológica en la que se instituye lo social. El objetivo es establecer en términos teóricos una intrínseca relación entre el acontecimiento político y el estatus ontológico de la contingencia en lo social.
La actitud de senadores supuestamente peronistas fue decepcionante. Salvo UP la dispersión fue notable marcando los límites del tipo de unidad que hasta hoy domina el espacio popular democrático. Reconstruir un nuevo tipo de unidad no será sencillo pero sostener la vieja modalidad, conducirá inexorablemente a la «esterilidad histórica». Hay un largo camino por recorrer. Habrá que reconocer el liderazgo de Cristina Kirchner y ser fieles a aquello que enunciado en el año 2008 por Néstor Carlos Kirchner, hoy es doctrina en el kirchenrismo peronista: “Unidad sí, para bajar banderas,no”.