Nos dice Chomsky: «Me opongo a la pena de muerte, pero creo que deberían tener un juicio justo y acabar en la cárcel. Nadie se hace esa pregunta cuando se trata de Nixon y Kissinger, o de los ricos y poderosos en general». Verdaderamente es una omisión tan notable como comprensible. Larga vida al verdugo.
La problemática de la inseguridad domina la agenda local y regional desde hace décadas. Ahora, además, se solapa abiertamente con el narco y adicionalmente los narcos comienzan a tener injerencia política implicita en algunos países, explícita en otros. Santa Fe es un ejemplo local, pero hay muchos más. En un marco de posibilismo paralizante, ni siquiera hablar de este tema garantiza ser mejores a los que normalmente proponen soluciones mágicas. Bukele en el Salvador es un ejemplo de cómo el silencio ya no es operativo y los efectos que promueve son tan complejos como populares.
Las intervenciones del presidente Boric tanto en política doméstica como exterior son decepcionantes. Recientemente junto al presidente neoliberal La Calle , la ha emprendido contra Lula por quere ampliar los límtes de la vieja UNASUR incorporando a Venezuela. Fue derrotada su propuesta de reforma constitucional y hoy es la derecha del Partido Republicano la que domina el escenario político. El progresismo chileno carece actualmente de la unidad y la coordinación necesarias para oponerse a la derecha con la misma eficacia con que la derecha se ha opuesto a ella. Una historia que se repite en la región y en varios países en especial de la periferia europea.