Se advierte, con ejemplos históricos de Europa y América Latina, que cuando las alianzas progresistas se quiebran, los únicos que se benefician son los sectores más reaccionarios, que imponen políticas neoliberales de ajuste y austeridad. Una llamada de atención para las contradicciones internas que vive hoy el gobierno argentino, antes de que sea tarde. Esto supone restaurar la centralidad de Cristina Kirchner, terminar con la teoría de «liderazgos equivalentes» que tanto daño hizo a la gestión del FDT y asumir como propia la agenda que planteó la vicepresidenta ya en el año 2020, obviamente adaptada a la realidad socioeconómica actual tan deteriorada precisamente por desconocerla en su momento.
En su libro Si Auschwitz no es nada, la filósofa italiana Donatella Di Cesare examina las formas en que el negacionismo pretendió rechazar la existencia del Holocausto, invirtiendo la relación entre víctimas y verdugos y produciendo la tesis de la «conspiración judía mundial».
En esta entrevista, examina las nuevas formas de negacionismo, ligadas a la emergencia ambiental y a la crisis migratoria, y explica cómo se relacionan con las nuevas teorías de la conspiración y con el ascenso de las extremas derechas. En las referencias al píe, observamos las formas extremas y sutiles del negacionismo autóctono, centrados en la figura de Rodolfo Walsh.
Entendiendo que el gobierno muestra un buen comportamiento fiscal, a pesar de las inclemencias climáticas, el Gobierno podría esperar que el FMI otorgue un cambio en las metas establecidas por el programa. Lo contrario es económicamente insostenible, insoportable socialmente y electoralmente MUY complejo.