Siempre recuerdo a Mariano Grondona diciendo «vivir mata» en un editorial existencialista que dio en su programa Hora Clave. Hablaba de hábitos, excesos y de los límites del autocontrol. Extras.
Entre la siempre vertiginosa circulación de informaciones varias, merecen ponerse en relación tres hechos de muy distinta envergadura, pero a la que se le puede sacar provecho para advertir mejor las consecuencias del mundo distópico que imagina Javier Milei y aplauden muchos que no sospechan que son o serán sus víctimas. Me refiero al Foro Económico Mundial de Davos; la probabilidad de que las provincias vuelvan a emitir cuasi monedas, como aquellas que circularon entre 2003 y 2004 y que rescató el entonces ministro Roberto Lavagna, en los inicios de la presidencia de Néstor Kirchner. El tercero es un hecho ajeno a estos niveles de la política, como es la culminación de los caniles para los mastines del presidente en la residencia de Olivos, que él mismo comunicó por su cuenta de X.
El programa finalmente es de una reconstrucción conservadora antimoderna, que también requiere desarticular la matriz cultural eliminando instituciones y subsidios, a los artistas, expresiones cinematográficas, teatrales, musicales, pero no por un problema presupuestario, o que ese gasto pueda influir negativamente en el déficit fiscal como pretenden, no, se hace porque lo cultural es clave para erradicar una conciencia e identidad nacional.