En los últimos años del siglo XX se crearon zonas económicas especiales que liberaron a los capitalistas de las limitaciones habituales de la soberanía popular. Este fenómeno vino acompañado del auge de ideologías libertarias radicales que pretenden acabar completamente con la democracia y en Argentina lo están intentando con éxito variado.
Portugal tiene elecciones generales hoy, sólo dos años después de las últimas. Se celebrará pronto porque el Primer Ministro socialista Costa se vio obligado a convocarla tras una serie de escándalos de corrupción que afectaron a ministros del gobierno. Además, un tribunal de Lisboa decidió recientemente que un ex primer ministro socialista debería ser juzgado por corrupción. Los fiscales alegan que José Sócrates, primer ministro entre 2005 y 2011, se embolsó alrededor de 34 millones de euros (36,7 millones de dólares) durante su mandato en el poder mediante sobornos, fraude y lavado de dinero. Múltiples casos de corrupción que afectaron a ministros en paralelo a un deterioro socioeconómico notable.
Recordemos que Portugal fue el último ejemplo de «tercera vía» que duró menos de lo que se tarda en leer el 1% de los análisis elogiosos sobre él.
La alianza entre sectores dominantes locales y extranjeros que –hasta ahora–, sostiene estructuralmente la política socioeconómica oficial, no registra antecedentes en la historia democrática donde nunca se logró este nivel de síntesis intraburguesa. Han aprendido de la historia reciente.