Sinéad encapsulaba la claustrofóbica, constrictiva e incómoda relación entre las mujeres de Irlanda y la Iglesia católica. Rechazaba la institución, se negaba a participar en la mentira de una iglesia benévola que trabajaba por el bien de la gente y no para llenarse los bolsillos y mantener el control sobre una población, se negaba a pedir perdón o a ser avergonzada por su condición de mujer y rechazaba de plano la presión para ajustarse a su género. Con su cabeza rapada, su lenguaje vulgar y su inclinación por el paganismo en su música, fue un símbolo de la resistencia a un sistema injusto y la imagen de una sociedad cambiante. Era el sonido de la rebelión. La castidad y la obediencia a los amos papales ya no eran la única opción para las mujeres. Podíamos ser geniales.
Durante las últimas décadas, las empresas del sector extractivo lograron capturar el Estado y ponerlo a su servicio, en especial la justicia. Los grupos económicos del sector de hidrocarburos lograron capturar el Estado a través de un discurso de financiación para la paz, la generación del empleo y lograr privilegiar la confianza inversionista, en detrimento de los derechos de la ciudadanía e incrementando las tensiones territoriales entre las comunidades campesinas y étnicas y las empresas extractivas
Pensar Brasil, la emergencia de Jair Bolsonaro y el nuevo modo de representación que ensaya Luiz Inácio Lula da Silva, en apariencia de «mayor moderación» que la que algunos analistas progresistas esperaban, debe interpretarse a la luz de los cambios estructurales de Brasil y en esta nota explicamos algunas claves.
Las principales -sin pretensión de ser las únicas-, el impacto de la desindustrialización y la defraudación del Partido de los Trabajadores (PT) como alternativa de gobierno, especialmente durante la gestión de Dilma Rouseff, fenómenos impresos sobre la persistencia de discursos de ultra derecha y racistas potentes e históricos.
Comparaciones siempre discretas, la aparición de Javier Milei también debe ser interpretada a la luz de las transformaciones estructurales de la Argentina y la defraudación del actual gobierno del Frente de Todos (FdT) presidido por Alberto Fernández, clivados sobre retazos de discursos de ultraderecha y racistas potentes y pre existentes.
En este sentido, la candidatura de Sergio Massa apoyada por Cristina Kirchner, debe leerse básicamente como resultado de esas transformaciones estructurales. La primarización de la economía argentina (la vuelta del FMI, tutela incluida), la defraudación del gobierno del FdT clivada sobre retazos de una cultura de derecha racista previa y no como el simple «deseo» de “correrse al centro» u «moderarse» de Cristina Fernández.