“La empresa venía con un crecimiento fuerte hasta 2018, cuando la devaluación le dio un nuevo golpe. Teníamos tomados créditos en dólares para importar materias primas, para tratar de mejorar nuestra competitividad, a un valor de $ 17, y terminamos devolviendo a los seis meses a un dólar de $ 39”, cuenta. Menem asegura que ese año fue uno de los más duros para su compañía. Hoy impulsa la misma política de transferencia de ingresos a la cúpula, más rápida y más profunda. Ahí arriba, «hay plata», mucha y habrá mucha más.
“Esto no va a terminar bien”, – señaló el gobernador Quíntela de La Rioja-, “la sociedad va a reaccionar porque no se puede vivir. Si vos sincerás los precios, previamente tenés que sincerar los salarios. No podés sacarle el plato de comida intempestivante y que se queden sin sus necesidades básicas. El gobierno no tiene en cuenta la reacción de la sociedad.”
Cada vez que un caso de violencia criminal sacude a algún país de América Latina salta una voz en las calles, en las tribunas políticas o en las redes sociales: «¡Aquí lo que se necesita es un Bukele!». ¿Subsistirá el «efecto Bukele» en un mar de pobreza y marginalidad continental creciente? Veremos. En prinipio el domingo va a elecciones y en épocas de creciente fragmentación de las representaciones políticas y electorales, el individuo arrasa.