A Milei la violencia le salía bárbara, ideal para los tiempos que corren. No por nada suscitaba adhesión, una adhesión literalmente envidiable. Y contaba además en su curriculum con un antecedente significativo, el de asesor del empresario Eurnekián. El empresario y su empleado: a Macri le brillaron los ojitos de cielo. La dignidad de Patricia Bullrich resultó escasa o nula, no ofreció mayor resistencia; acudieron a Milei, se juntaron por el cargo y lo cierto es que les salió muy bien: muy muy bien.
No existe la comunidad idéntica a sí misma. Toda comunidad está dividida en dos: es siempre una comunidad dividida. La alternancia democrática se inscribe en este presupuesto agonístico. A veces toca ganar. A veces no. Pero …
La crisis parece no tener fin en el país del Sol Naciente, que ha sido superado por Alemania en la clasificación del FMI de las mejores economías del mundo. Aunque esta «clasificación» es discutible, revela los defectos de un gobierno que se esfuerza por encontrar soluciones a los problemas a los que se enfrenta desde hace décadas. Pero es también un espejo que adelanta. La crisis del viejo orden mundial – al que según «el presidente electo» debemos incorporarnos, es ya muy avanzada e irreversible. Good bye Milei.