“El gasto público en investigación se ha reducido como una fracción del PIB y su composición se ha desplazado hacia los créditos fiscales y el apoyo a las empresas. Las tecnologías transformadoras del siglo XX, como los antibióticos, los sensores, los motores modernos e Internet, tienen las huellas dactilares del gobierno por todas partes. El gobierno financió y compró estas tecnologías y, a menudo, estableció la agenda de investigación. Esto es mucho menos cierto hoy”. Ya en tecnología avanzada , el Estado no define como en el siglo pasado, le pese o no a Mazzucato. Estamos peor.
Larreta fué presidente desde hace al menos dos años. Todas las encuestas le sonreían. Al llegar a este punto en que debe regalar la candidatura a la Intendencia a un enemigo, sin tener ninguna seguridad respecto de su candidatura presidencial, abre interrogantes sobre esa candidatura e, incluso, sobre sus condiciones para liderar el país cuando deba arbitrar conflictos mucho más grandes que éste. Es cierto que todos los candidatos presentan inconsistencias, por lo tanto todos abren interrogantes sobre la gobernabilidad del país. O es que la única chance que tenemos es trabajar en equipo, sentarnos a una gran mesa, etcétera. Pero, la mano no viene bien dolape, no viene bien … Cést la vie.
El peor de los escenarios no sólo se ha hecho realidad, sino que incluso se ve superado en 2023 como resultado del alza de las tasas y la sequía –que podría disminuir los ingresos por exportaciones en unos USD 15 mil millones–. En este marco, apremiados por la necesidad de refinanciar los vencimientos de 2023 (vencen USD 17,2 mil millones del acuerdo que firmó Macri), con un acervo de reservas internacionales anémico e incapaz de desalentar las expectativas de devaluación, es indispensable repartir las cartas de nuevo para que los costos de la crisis no los paguen las espaldas de los argentinos de siempre, lo que hasta hoy, no parece muy probable.