El partido Vox, nacido en 2013, moviliza diversos discursos asociados a la religión como parte de su retórica política. Pero estos funcionan principalmente como recursos identitarios y nacionalistas. De hecho, la práctica religiosa entre sus votantes es menor a la presente en la derecha tradicional del Partido Popular la misma relación que guarda LLA con Juntos por el Cambio (o lo que de él quede). Milei no está solo y los usos religiosos, tampoco.
La iniciativa de «Ficha Limpia» (SIC) estuvo dormida por ocho largos meses y su debate comenzó mucho antes de la llegada de Milei al poder, pero resurge cuando este pergeña una alianza amplia a su alrededor asumiendo a CFK como su antagonista real. ¿Confrontar con Cristina para absorber antikirchnerismo social y que ella deba defender lo suyo en las urnas de manera por interpósita persona? Hoy, para el Presidente, eso asoma como un escenario «deseable», este proyecto lo haría «posible».
Mientras zurcan viento de bacarrota oficialista, Javier Gerardo espera sumar bancas en el Congreso el próximo año para avanzar con más medidas de gestión contra la patria. Los radicales no pueden seguir perdiendo fuerza parlamentaria pero su máximo socio el PRO está en camino hacia una convergencia obligada por el reordenamiento de preferencias electorales con La Libertad Avanza. El choque de estrategias que vuelve a surgir dentro del partido radical, cuya representación electoral por fuera del ecosistema oficialista es día a día más difusa y replica la saga abierta en el partido que luego de más de un siglo de existencia brioso advierte a quien quiera escuchar: «Por aquí paso Yrigoyen!». ¿Les suena?