A finales del año pasado, durante su anterior visita a Washington, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, recibió una bienvenida de héroe. La Casa Blanca envió un avión de la Fuerza Aérea estadounidense para recogerlo en el este de Polonia unos días antes de Navidad y, con escolta de un avión espía de la OTAN y un caza F-15 Eagle, lo llevó a la Base Conjunta Andrews, en las afueras de la capital estadounidense. Esa noche, Zelensky compareció ante una sesión conjunta del Congreso: 13 ovaciones de pie fueron contadas antes de dejar el recinto.