La intersección entre política y religión no resulta novedosa en la escena local, pero en la estrategia mileísta lo que aparece de forma más inmediata es el lazo directo entre un líder que se afirma como tal en su conexión individual con un principio trascendente, sea Dios, o la libertad de mercado, o ambos.
Las élites colombianas están decididas a no dejar que Gustavo Petro cumpla todo su mandato. Mientras los altos funcionarios judiciales lo atacan a él y a su gabinete, los vínculos de la extrema derecha con los cárteles de la droga siguen sin ser investigados.
Lucas Arrimada sostiene que el derecho será una herramienta para construir una nueva concepción excluyente para una sociedad en fragmentación profunda. En ese contexto, la profesión legal parece ser garante de la destrucción de lo público y de los negocios judiciales. Se vienen tiempos de demagogia legal y populismo judicial mientras la dinámica económica nos empobrece y embrutece.