Siempre que suceden hechos de violencia, brutalidad y desprecio de clase sobre las infancias, recordamos este cuento que Osvaldo Lamborghini escribió en 1973. En principio era una crítica notable a la cosmovisión de la izquierda sesentista, hoy deviene en alegato ineludible contra la ideología neoliberal del envaselinamiento infantil.
En las dos últimas décadas se han multiplicado las pruebas empíricas sobre la desigualdad económica. Me refiero aquí a la desigualdad económica (ingresos y riqueza) en contraposición a la desigualdad social (esperanza de vida, acceso a la salud y la educación, niveles de contaminación, etc.), porque la primera impulsa las desigualdades en la segunda.
«Si me pasa algo que nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte. Después de ver las cosas que se están haciendo desde determinadas sedes diplomáticas y escuchar las cosas que han dicho en la Asamblea de la ONU no me quedan dudas» Cristina Kirchner