Si los establishment fueran “nacionales” esa decadencia no hubiera ocurrido porque se hubieran preocupado por mejorar las condiciones de vida de sus propias poblaciones. Pero éstas, en lugar de mejorar tendieron a empeorar, cosa que se encubrió con más o menos fortuna con los métodos de especulación financiera y diversos maquillajes que se reflejaron en estadísticas cada vez más divorciadas de la realidad.
Las dos grandes corrientes políticas modernas de Uruguay, de centroderecha y centroizquierda, se disputarán la presidencia del país sudamericano en un balotaje que confirma la excepción de un sistema que evita a los rupturistas, aprecia transiciones tranquilas y refleja algunos consensos envidiables para la región.
Da la impresión de que al kirchnerismo, o a parte de su dirigencia y de su militancia, no le cae la ficha sobre la especificidad del monstruo que está enfrente, que no es Milei, sino el establishment argentino que da apoyo y financiamiento al actual experimento neocolonial.