Rocco Carbone en este texto se pregunta qué es lo que reverbera en un saludo. En esa gestualidad que le vimos hacer a Elon Musk, nacido en Pretoria, Sudáfrica, propietario de X y funcionario del gobierno Trump. También postula una consigna popular: Make Antifascism Great Again, en el 80 aniversario de la subordinación del fascismo arqueológico a manos de la revolución.
Las recientes declaraciones de Donald Trump en materia de política exterior suscitaron perplejidad en muchos expertos. Deben verse como parte de un proyecto más amplio de reafirmar la hegemonía de Estados Unidos en las Américas y hacer retroceder la influencia geopolítica china. Nos es sencillo. Por caso, tras tomar el poder, líderes de extrema derecha como Bolsonaro y el presidente argentino Javier Milei fueron extremadamente virulentos en su lenguaje con respecto a China. En el primer año de gobierno de Bolsonaro, por ejemplo, su ministro de Asuntos Exteriores, Ernesto Araújo, declaró que Brasil no «vendería su alma» para «exportar mineral de hierro y soja» a la China comunista. Pero en ambos casos, la presión de las empresas dio lugar a cambios sorprendentes.
“Mi misión, y la de mi organización Sons of Liberty Internacional (SOLI), es derrocar regímenes autoritarios. Ayudamos utilizando diversos métodos como entrenamiento, asesoramiento militar hasta acciones más directas, que incluyen operaciones encubiertas. Así que venezolanos manténganse fuertes. Algunas de las mejores personas que he conocido están luchando por ti en las sombras para que puedas caminar por la luz”, escribió, en sus redes, Matthew VanDyke, presidente de SOLI, el mismo día de la asunción de Nicolás Maduro.