En esta nota, Darío Capelli sostiene que la burla de Milei sobre el apellido de Lali Espósito, en un país que hizo de la lucha por la identidad una de las vigas fundantes de la vida democrática, constituye un acto de lesa civilidad. La falta de control emocional y la propensión al enfrentamiento constante por parte del presidente Milei, plantean serias dudas sobre su capacidad para liderar de manera responsable y sensata. Jacques Lacan señaló que la agresividad no puede ser reprimida sin consecuencias. En este sentido, las acciones de Milei podrían tener repercusiones negativas a nivel personal y político. La confrontación pública con Lali, es solo un ejemplo de la deriva emocional del presidente y su falta de sensibilidad social. No la ve, ni la siente.
El pensamiento de izquierda, dueño y portavoz de las utopías del siglo XX, parece haber perdido la capacidad de soñar, arrinconado en posiciones defensivas o nostálgicas, mientras el capitalismo controla todo el planeta como nunca antes y atraviesa nuestras subjetividades. Y no solo eso: desde algunos de sus enclaves, sigue proyectando diversos tipos de utopías.
El INDEC dio a conocer el IPC correspondiente al mes de enero de 2024, que alcanzó 20,6 (el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) había estimado 21,5%). La inflación interanual, que sumó 254,2%, incrementó su valor respecto al mes anterior en 42,8 puntos porcentuales (el mes anterior fue de 50,5 puntos).