Contra todos los pronósticos, la victoria arrolladora de la derecha en España no llegó. La movilización del electorado de izquierda dejó unos resultados que habilitan, en un escenario complejo donde los nacionalistas catalanes tienen la llave, la repetición del gobierno progresista. La otra posibilidad serían nuevas elecciones. El bloque de la derecha-extrema derecha quedó lejos de la mayoría absoluta y no tiene aliados para buscar la investidura. Más allá de esta división de escaños, lo importante es observar que «los pronósticos dominantes» forman parte de «la construcción social de la realidad» y no rozan, siquiera se acercan, a «la realidad natural».
En la base de la pirámide, Lula ganó las elecciones por goleada… En los estratos de ingresos medios, sin embargo, Bolsonaro obtuvo mejores resultados. Esto incluye a la clase media baja, que aumentó su piso durante los años del PT. La categoría «clases ingratas», utilizada en el debate internacional para la clase media baja que abrazó la extrema derecha, es de poca ayuda en este caso. Es más interesante entender cuáles son las aspiraciones de estos segmentos y cómo abordarlos desde una perspectiva progresista, como ha defendido la antropóloga Rosana Pinheiro-Machado.
«El FdT fue votado para combatir las políticas que nos llevaron al 2019 de Macri. No para replicar en parte, o en su totalidad, esas políticas de tanta inequidad distributiva como se hizo. Ese camino no hay que volver a repetirlo»